Es una de esas armas, como tantas otras, que tuvieron gran repercusión en tiempos del Imperio.
—Soy un hombre del Duque —dijo, mascando las palabras.
—No hay ningún traidor —dijo ella—. La traición viene de fuera. Quizá tenga alguna relación con los lásers. Quizá corran el riesgo de introducir en secreto algunos láser con mecanismos de tiempo conectados a los escudos de la casa. Quizá...
Durante estos tiempos, las pistolas láser eran a menudo adornadas con numerosos detalles.
Sin embargo, en la era de las Honoradas Matres, los diseños se volvieron menos complicados y más funcionales.
Existe una gran variedad de tamaños, desde las de mano hasta las que se montan en naves.
Aún así, se puede decir sin miedo a equivocarse, que la pistola láser de mano era más común. No en vano, las pistolas láser eran las armas favoritas de las tropas en la época del antiguo.
Sin embargo, cuando los escudos eran empleados, las pistolas láser no eran generalmente utilizadas porque el contacto de un rayo de la pistola láser con un escudo causaba normalmente explosiones masivas que a menudo mataban a todo aquel que se encontrase en su amplio radio.
Jessica se enfrascó en su plato, pensando en la parte codificada del mensaje de Leto: «Los Harkonnen han intentado introducir un cargamento de lásers. Los hemos capturado. Pero esto puede significar que otros cargamentos hayan pasado. Y hay que tener en cuenta que no les conceden mucha importancia a los escudos. Toma las precauciones apropiadas.
Jessica pensó en los lásers. Los ardientes rayos de destructiva luz podían perforar cualquier sustancia, a menos que esta sustancia estuviera protegida por un escudo. El hecho de que la interferencia del rayo con un escudo pudiera hacer estallar el láser o el escudo no parecía preocupar a los Harkonnen. ¿Por qué? Una explosión láser-escudo tenía una peligrosa variante, ya que podía revelarse más potente que una explosión atómica o podía matar tan sólo al tirador y a su blanco.
En consecuencia, muchos soldados prefirieron el uso de cuchillos y espadas en batalla.El buscador se alzó, giró atravesando la estancia, y regresó a su punto de origen.
Por la mente de Paul pasaron en un relámpago sus conocimientos acerca de las limitaciones del cazador-buscador: el débil campo de suspensión distorsionaba la visión del ojo transmisor. Sin otra fuente luminosa que la luz ambiente, el operador debía confiar en el movimiento y atacar a todo lo que se moviese. El escudo estaba en la cama. Una pistola láser podría abatirlo, pero eran armas caras y delicadas que necesitaban un mantenimiento constante, y si tropezaban con un escudo activado existía el peligro de una explosión pirotécnica. Los Atreides confiaban en sus escudos corporales y en su habilidad.
Ahora Paul se había sumido en una inmovilidad catatónica, sabiendo que disponía tan sólo de su habilidad para afrontar el peligro.
La versión más grande de la pistola láser era un cañón, que tenía los mismos efectos que una pistola láser pero a una escala mayor.
El Duque tomó el micrófono y pasó a su frecuencia de órdenes.
—Dos de ustedes despréndanse de sus generadores del escudo. Por orden de número. Así podrán cargar a otro hombre. No vamos a dejar ningún hombre a ese monstruo. —Volvió a la frecuencia de trabajo y gritó—: ¡Bien, ustedes, los de Delta Ajax nueve! ¡Afuera! ¡Rápido! ¡Es una orden de su Duque! ¡Muévanse o cortaré ese tractor con un láser!
Una compuerta se abrió de golpe junto a la nariz del tractor, otra en el extremo posterior, y una tercera en la parte alta. Empezaron a salir hombres, tropezando y resbalando con la arena. Un hombre alto envuelto en unas ropas remendadas fue el último en salir. Saltó primero a una de las orugas, y luego a la arena.
Cuando el barón Vladimir Harkonnen invadió a Arrakis, utilizó estos cañones para atrapar a las tropas Atreides en cuevas.
Si en algo coinciden todas las pistolas láser es en el enorme potencial destructivo que tienen.
—Estaba seguro de que recuperaríamos esa ala de acarreo —dijo Paul—. Cuando mi padre ataca un problema, lo resuelve. Es un hecho que los Harkonnen apenas empiezan a descubrir.
Se está vanagloriando, pensó Jessica. No debería hacerlo. Nadie que esta noche se vea obligado a dormir en las profundidades del subsuelo como una precaución contra los láser tiene derecho a vanagloriarse.
Usando un rayo que consiste en un tipo de energía subatómica, la pistola láser es capaz de destruir extensas áreas y estructuras.
Por lo general lanzaba una corriente constante, pero el inyector se podía ajustar para alterar la anchura y la extensión del rayo.
Su fuente de energía era un cartucho de células que podía ser substituido cuando se agotaba.
En el juego la carta de la pistola láser cumple a la perfección la descripción dada.
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