Baliset

18 de julio de 2009

Estrategias Harkonnen

Atención, acaba de llegar al correo de esta redacción un nuevo documento, ésta vez sobre el Barón Daniel Harkonnen, en el cual podremos averiguar algunas de su técnica para la próxima liga que se acerca. Esta vez no se lo pondremos tan fácil como el año pasado. ¡Todos contra ellos!:

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A menudo se acercan a mí y me preguntan cómo conseguí dominar el planeta desierto y si ese sujeto no es mandado ejecutar, doy siempre la misma respuesta: "¡Soy un Harkonnen, no contemplo otra cosa que no sea la victoria!" Aunque en ocasiones también ha sido sacrificado tras oírla, ya sabes, como dicen en otros mundos, que la curiosidad mató al gato.

Ah, me hago mayor y eso me está ablandando, si bien hay mucho de cierto en esta frase, las batallas no las ganan los apellidos ni las buenas formas o sino que se lo digan a esas sabandijas del desierto, los fremen, ellos no han necesitado de heráldica alguna para batirse hasta el final en un intento de frenarme y han sido causa de algunas de mis jaquecas. No, ha habido que hilar muy fino para alcanzar la gloria de mi casa.

Ciertamente, siglos de violencia han concedido una ventaja a los Harkonnen para confeccionar nuestra estrategia y como mi Baronía llega a su fin, es a tí heredero a quien lego nuestro tesoro más valioso, el contenido de la misma.

Desde un inicio siéntate cerca de la tormenta, para que una vez se desplaze, seas de los primeros en mover, aspecto éste cuya importancia se relevará más tarde. De toda tu especia, consume como mucho 4 unidades en comprar al menos una carta en la primera subasta (que serán 2 con la gratuita que recibas) Ahora, cuando comience el turno de movimiento, olvida tus rencores con los Atreides y resiste la tentación de invadirles, cuando golpees a tu mortal enemigo hazlo para que no pueda levantarse nunca más. Así que invierte el resto de la especia inviertela en bajar tropas e ir a recolectar, al ser el primero en llegar y disponer de cartas, el resto de débiles casas no osarán turbarte. Evita atacar a nadie en este turno, puesto que la conquista de Dune debe esperar un poco.

A partir del segundo turno, en la fase de subasta deberás de invertir todo lo que tengas a excepción de 4 unidades de especia. Un vez pertrechado para la batalla, es hora de demostrar que eres digno de la sangre que corre por tus venas, si sobrevivieron las seis tropas iniciales que fueron a recolectar, trasládalas a un sietch en misión de ataque y las cuatro unidades de especia que reservaste, consumelas en invadir desde el cielo otro sietch. Con esto y tu base de Cartag, la suerte estará echada. No obstante, puede que no cuentes con esas 6 tropas descargadas en el primer turno, en cuyo caso no debes olvidar que desde tu base en Cartag, se puede llegar a Arrakeen y al Sietch Tabr, siendo ésta una maniobra poco esperada.

En cuanto a qué sietch puedes atacar, con los ornitopteros podrás llegar a cualquier parte, así que deberás elegir según las circuntancias, aunque siempre son preferibles para atacar las casas más pobres y aunque ninguna de las que existen pueden eclipsar la nuestra siempre hemos preferido lidiar con los fremen y la cofradía, según alguno los sonidos guturales de los últimos a la hora de morir pones los vellos de punta. Sólo para acabar, si en algún caso te haces con un Stone Burner, úsalo contra los Atreides puesto que pocas cosas son tan placenteras como ver la reacción en el rostro de esas alimañas ante una muerte certera.

Recuerda siempre jugar con el miedo, eres el más temido por tus innumerables cartas y aunque éstas sean inútiles eso no lo saben los demás, además, no has de olvidar nuestra especial habilidad de capturar líderes o de asesinarlos, lo cual aparte de descabezar al enemigo, permite que puedas desgastar a enemigos sin necesidad de poner bajo riesgo a nuestros oficiales.
Eres el futuro de nuestra Casa, no nos defraudes...o lo pagarás con algo más que con tu vida.

Barón Daniel Harkonnen.

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